PixabayPero después en el bus ideé,
a mi hermano menor se lo daré.
Será su amigo,
un compañero verdadero,
quizás un consejero.Luego lo vi bien, y tenía un agujero.
Y como un niño, siendo sincero,
caí en asombro
porque oro en monedas hallé.
«¡Esto es mío!» finalmente grité.