Como puertas... [Esp-Eng]"Una puerta se abre, otra se cierra", escuchamos tantas veces en el refranero popular. Pero qué pasa si las puertas quedan medio abiertas, sin pestillo, intermitentes al pasar el tiempo.
Somos puertas también. Nuestro cuerpo es una puerta a los deseos, lo desconocido, los más insospechados sentimientos y miedos. Nuestra alma (¡Ah!, nuestra alma), bendita criatura que revela verdaderamente lo que somos, la bestia interior, también es una puerta. Tras ella, la paz, la envidia, la tristeza, la bondad, lo vil..., tantas cosas.
Hay quienes prefieren dejar la puerta abierta ante una relación que debía estar cerrada desde hace muchísimo tiempo. Hay quien prefiere abrir nuevas puertas y, en esa búsqueda interminable, solo encuentra vacío. Hay quien no abre ninguna por miedo al fracaso. Y hay quien escudriña el aldabón, el marco, la pintura..., en su intento por adivinar "el más allá" y, una vez dentro, se lamenta o se complace, pero al menos entró.
Hay tantas puertas como motivos y anhelos, como temperamentos y también como excusas, porque (aunque sean invisibles algunas veces) las puertas están ahí, esperándote siempre.
Pudiera decirse que la vida es una gran puerta donde cada decisión que tomas es un camino diferente. Una vez dentro (como en alguna parte de Alicia en el país de las maravillas), aparecen nuevos senderos. Pero lo importante es atreverse, siempre y cuando valga la pena, pero... ¿cómo saberlo?