Nut y Juan, hablándole a PercebeNo, no podemos evitar amarlos, quererlos, así desordenen las casas, nos llenen de pelos o quieran estar sobre nosotros todo el santo día.Una mascota es un hijo, realmente.Mejora el estado de ánimo y estudios importantes explican cómo, pues, aumenta la secreción de oxitocina tanto en ellos, como en nosotros; sí, esa hormona de la felicidad.