GATOSPensé en tu sonrisa y mis pensamientos se expandieron en el cielo como pájaros cantando; también soñé que tus miradas —bandada de palomas mensajeras—, me saludaban. Al rato la tarde se llenó de sombras, al principio creí que era la noche que se adelantaba escondida entre los árboles; pero luego descubrí que eran gatos, que aparte de los árboles subían a los tejados y no precisamente para mirar a la luna. Cuando por fin oscureció, me dormí y esa noche los felinos asaltaron mis sueños; bajaron por la terraza, se colaron por los túneles, abrieron rendijas. Por la mañana cuando desperté la ventana estaba abierta; afuera el viento arrastraba montoncitos de plumas y los pocos que aún seguían en los tejados, suspiraban por verte.