Tu respiración se queda atorada en la garganta cada vez que lo recuerdas: "Necesito un break" Estas tres simples palabras que han puesto tu mundo patas arriba. Un "break". ¿Qué significa eso realmente? ¿Un respiro para los dos? ¿O una sutil manera de decir un adiós definitivo?
Wow, tu mente viaja a mil por hora y los pensamientos, van desde el más positivo, hasta el más caótico.
Ay... ¡Él quiere un respiro! Un "break", te dijo, con una cara más seria que un burro en procesión. ¿Un break de qué, te preguntas? ¿De tus ronquidos nocturnos? ¿De tu adicción a las series de misterio, cuando él quiere ver la Fórmula 1? ¡Porque esas son cosas que se hablan! No se toma una decisión de hacer una pausa en una relación, como si fuéramos a cambiarnos los calcetines.
Ahora estás allí, en vuestra habitación, que ahora parece más bien un escenario de telenovela dramática, pero sin el galán. Su lado de la cama está más vacío que tu cuenta bancaria a fin de mes. Agarras su almohada y la abrazas fuerte, aspirando ese olorcito a él mezclado con suavizante. ¡Ay, qué drama!
¿Y qué se supone que hagas ahora, aparte de llorar por los rincones? ¿Llamar a tu mamá para que te dé el sermón de "te lo dije"? Tu mente es como una licuadora averiada, haciendo ruido pero sin triturar nada útil.
¿Será que encontró una mujer que no le esconda el último pedazo de pastel? ¡Porque esa era nuestro único motivo de discusión, lo juro!
Tus amigas te dicen que salgas, que te pongas guapa, que les des celos. ¡Como si tú tuvieras tiempo para eso! Estás tan ocupada tratando de entender si ese break significa "voy a reflexionar sobre nuestra profunda conexión" o "conocí a alguien y estoy viendo si me llega a gustar más que tú, si con ella no funciona, te busco de nuevo".
¿Qué se supone que debes hacer ahora? Tu mente es una montaña rusa de preguntas sin respuestas.
¿Hice algo mal?
¿Hay otra persona?
¿Simplemente se cansó de mí, de nuestra relación, que hasta el día de su partida, a mí me parecía perfecta y pensaba que a él también?
Intentas encontrar lógica, alguna señal que pasaste por alto, pero solo encuentras un vacío frustrante.
Así comienza el interminable ciclo de preguntas que toda mujer enamorada se hace, ante una inminente solicitud de un break en la relación. Pienso que es hora de dejar de preguntarte qué hiciste mal y buscar soluciones.
Partamos que la solicitud de un break, es una pausa prolongada, en la que cualquier contacto sentimental con la otra persona, debe evitarse. Esto incluye, besos, mimos, abrazos, miradas y hasta comunicación, en muchos, casos.
Tú me dirás: Sí, pero hemos sido pareja durante dos, tres, cinco años o quizás tres meses y hemos compartido momentos increíbles, ¿por qué no podemos seguir hablando de vez en cuando?
Te respondo: Porque es lo mismo que estés en un trabajo y te toque el periodo de vacaciones, ¿te gustaría que tu jefe te escriba de vez en cuando? No, ¿verdad?
Entonces llegan a asaltarte las dudas, el amor propio comienza a disminuir, solo quieres estar montada en tu cama viendo películas románticas, pero muy melodramáticas, de esas que te hacen llorar a mares, te pones a stalkear sus redes sociales, tratas de estar "por casualidad" en los lugares que solías frecuentar con él, pero misteriosamente, él no aparece por allí.
Sucumbes a la tentación de llamarlo, de escribirle, de una nota de voz... Hmmm, sí, mejor una nota de voz... Entonces comienzas, pero no te gusta como te oyes, te sientes tonta y lo eliminas antes de enviarlo. Así que después de varios intentos fallidos, eliges mejor un mensaje de texto. Te lo escribes a tu chat privado primero y lo lees varias veces, mientras vas modificando cada palabra. Finalmente, se lo envías y un par de horas después, lo lee, pero te deja en visto.
¡Qué broma! ¿Y ahora? Entras en una espiral de sentimientos.
¿No le interesa?
¿Ya no me quiere?
¡Ah, sí... seguro está con otra!
¿Será que no fui lo suficientemente cariñosa?
¿Es porque he engordado un poco?
¿Ya no le gusto como antes?
Y con todas estas preguntas sin respuestas y más, tu autoestima, cada vez va más adentro de ese hueco oscuro, en el que pareces estar muy decidida a entrar.
En primer lugar, no te castigues
Despídete del sentimiento de culpa. Si él te pidió tiempo, espacio, descanso, break o como quieras llamarlo, no es razón para derrumbarte, llorando desconsoladamente. No digo que no llores, ojo. Solo digo que no te quedes enganchada en ese sentimiento tan desolador y negativo. Sé más inteligente y aprovecha este espacio, para aclarar tus sentimientos, para ocuparte de ti, de cuidarte y hacer las cosas que dejaste de lado por atenderlo a él.
Responde algunas preguntas
A veces, las relaciones, sin darnos cuenta, se vuelven sofocantes y, como dice la canción, "la costumbre es más fuerte que el amor". De manera que es momento de cuestionar qué sientes por él, así como las probables causas por las que te pidió la pausa. Estas causas pueden ser personales, influencia de otras personas, celos, desánimo, palabras no dichas. Tienes que hacerte preguntas concretas de los últimos dos meses que pasaron juntos...
¿Pelearon?
¿Lo sentiste pensativo, ausente, distraído, irritable, mientras estaba contigo?
¿Estabas tú siendo intensa y discutías por tonterías?
Busca, hurga en tu mente y seguramente en algún momento, tu mente te traerá algún episodio que para ti no fue importante, pero para él sí lo fue.
Date tu valor
No te pongas de loca acosadora, no lo busques, no lo llames, no te aparezcas "por casualidad" en los sitios que sabes que puede estar. No llames ni le escribas a sus amigos o a su familia. Tienes que respetar el espacio que él te pidió. Con eso, te estás respetando a ti misma.
No tengas miedo
Para las personas pesimistas, cuando les piden pausa en una relación, ya es sinónimo de rompimiento. No creas que todo está perdido. A veces, un break no es malo, puede ser una oportunidad de analizar la relación desde afuera y ver hacia dónde les conduce todo. Si tienen las mismas expectativas en cuanto al futuro, por ejemplo, es una de ellas. También te da la oportunidad de reconocer tus fallas y con madurez, asumir las diferentes rutas para cambiar o mejorar esos aspectos que a él no le gustan de ti.
¿Por cuánto tiempo estaremos así?
Algo que sí pienso que es sano, es que, al momento que él te pida el temible break, acéptalo como niña grande, pero lo que sí tienes que definir con él, es la fecha en la que se volverán a ver para hablar del tema. No es el día de la reconciliación, no. Solo será el día para conocer cómo van en el proceso y al verse de nuevo, después de este tiempo, que puede ser días o semanas, conocer la intensidad de sus sentimientos. Ese día deben hablar con la verdad y expresar cómo se sintieron y los problemas que lograron identificar.
Lo que no es tan bueno
En caso de que este encuentro no resulte como esperabas y él decida que ya no quiere estar contigo, tienes que aceptarlo, sin llorar delante de él. Guarda tus sentimientos para cuando estés a solas. Lo único que puedes hacer es conservar tu dignidad y que ambos se lleven un bonito recuerdo de los momentos compartidos.
Por otro lado, cabe la posibilidad de que después de ese break, seas tú quien ya no quiera volver con él. Quizás este tiempo te sirvió para darte cuenta de que hay muchas cosas en él, que te desagradan, que hacen más peso que las cosas que sí te gustan y cuando lo veas, simplemente lo vas a ver como alguien a quien quieres mucho, pero con quien no regresarías a vivir.
¡Todo es posible!