Hoy cumplo 34 años. ¡Treinta y cuatro! Y no sé en qué momento pasó tanto tiempo. A veces siento que fue ayer cuando tenía veinte y me imaginaba la vida muy distinta a como es ahora, pero aquí estoy, con más experiencia, más aprendizajes y, por suerte, con mucho amor a mi alrededor.

Este cumpleaños comenzó con una de esas sorpresas que te tocan el alma. Mi papá apareció con un hermoso cake —sí, en esta casa eso es ley, no hay cumpleaños sin cake, ¡y qué rico estaba! Para mí, esos detalles simples pero cargados de cariño valen oro.

Y si eso ya era especial, mi novio se lució. Me regaló algo que deseaba desde hace tiempo: una de esas cremas que mezclan licor y sabor que tanto me encantan. Soy fan total de las cremas y licores, y hacía meses que había visto unas en venta que me hacían soñar despierta. ¿Y adivinen qué sabor eligió? ¡Café! Mi favorito. Amé cada sorbo, suavecito, dulce y con ese toque que te hace cerrar los ojos para saborear mejor.

Yo también me consentí un poquito y me compré una botella de vino... aunque todavía no la he abierto. Creo que la dejaré para mañana, porque hoy ya se me subió un poquito la crema y prefiero no mezclar, además, hay que estirar las celebraciones lo más que se pueda, ¿no?

Hoy no quiero hacer balances ni ponerme profunda, solo agradecer. Por mi familia, por el amor, por seguir aquí y por todas las cosas lindas que todavía me esperan. Cumplir años no siempre es fácil, pero cuando estás rodeada de detalles que te hacen sonreír, todo se siente más bonito.

Feliz 34 para mí… y que vengan muchos más, con cake, crema de café y corazones contentos.

Today I am 34 years old - thirty-four! And I don't know when so much time has passed. Sometimes I feel like it was yesterday when I was twenty and I imagined life very different from how it is now, but here I am, with more experience, more learning and, luckily, with a lot of love around me.

This birthday started with one of those surprises that touches your soul. My dad showed up with a beautiful cake -yes, in this house that's a law, no birthday without cake, and how delicious it was! For me, those simple but loving details are worth gold.

And if that was already special, my boyfriend showed off. He gave me something I had been wanting for a long time: one of those creams that mix liquor and flavor that I love so much. I'm a total fan of creams and liqueurs, and for months I had seen some on sale that made me daydream. And guess what flavor he chose? Coffee! My favorite. I loved every sip, smooth, sweet and with that touch that makes you close your eyes to taste better.

I also spoiled myself a little bit and bought myself a bottle of wine... although I haven't opened it yet. I think I'll leave it for tomorrow, because today the cream has already risen a little and I prefer not to mix, besides, you have to stretch the celebrations as much as possible, right?

Today I don't want to take stock or get deep, I just want to give thanks. For my family, for love, for still being here and for all the beautiful things that are still waiting for me. Having a birthday is not always easy, but when you are surrounded by details that make you smile, everything feels nicer.

Happy 34th to me... and may there be many more to come, with cake, coffee creamer and happy hearts.

Source
All the photos are taken and edited on Snapseed by me.
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