Hoy mientras me encontraba sentada en la sala de espera del laboratorio de sangre, callada mientras aguardaba mi turno, mi atención fue atraída por una señora de aspecto frágil que se sentó a mi lado, la mujer, de cabello canoso y rostro surcado por las arrugas del tiempo, parecía sumida en sus pensamientos, sin embargo, al notar mi mirada curiosa , decidió iniciar una conversación conmigo.