Reflexiones (in)necesarias 101: "El enorme peso de los pequeños momentos", por bonzopoe

2025-05-02T15:42:30
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Siempre he pensado que los pequeños momentos son los realmente importantes de la vida. Y eso no significa que los grandes momentos, como un nacimiento o una boda no lo sean, pero al ser menos frecuentes, por naturaleza tienen un impacto distinto. En cambio los pequeños momentos, si bien pueden considerarse en general menos intensos, son más constantes y frecuentes en nuestro día a día.

El tema está en ser capaces de verlos, disfrutarlos y darles su valor, algo que por lo general no solemos hacer porque los subestimamos terriblemente. En contraparte sobrevaloramos muchísimo los grandes momentos, las grandes metas, porque eso es lo que nos han enseñado o hecho creer desde siempre, y no pocas veces resulta que la realidad no coincide con nuestras expectativas.

El resultado es una frustración terrible, que en casos extremos, que no son pocos, puede terminar en depresión y hasta el suicidio. En escenarios más positivos, el efecto puede ser el opuesto, y llevar a las personas a cambios radicales de vida: grandes empresarios que se van a vivir a una cabañita frente al mar, actores famosos que de repente se retiran, y cosas así.
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Los pequeños momento son la sal y la pimienta de la vida. Son lo que le da sabor a lo aparentemente simple y cotidiano, lo anodino y lo superfluo, dándoles otra dimensión. Esos pequeños instantes, bien disfrutados, pueden volver nuestros días muy entretenidos, e incluso de lo más interesantes.

Ayer tuve uno de esos días, y fue, curiosamente, durante la aplicación de un examen. Lo que sucedió pareció sacado de una película de comedia, y nos hizo el día a todos quienes estábamos en el aula. Resulta que para evitar tachones en los exámenes, siempre le sugiero a los alumnos que contesten todas las preguntas, casi siempre de opción múltiple, a lápiz, y justo antes de entregármelo, ya seguros de sus respuestas, las pasen a pluma.

Uno de ellos tenía un borrador de goma dura, y cada vez que borraba una respuesta para corregirla, el sonido del borrador llenaba todo el salón. Pero lo curioso no acaba ahí, porque al final, después de pasar todo el examen a pluma se dispuso a borrar todo lo que tenía a lápiz, algo que también les recomiendo para evitar confusiones al calificar, y ahí es donde la cosa se puso interesante.
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Como si se tratara de un sketch de Mr. Bean, el ruido que hacía el borrador hizo que sus compañeros uno a uno, soltarán sus lápices al no poder concentrarse con el ruido del borrador, que sonaba como una lija. Y mientras todo el salón estaba paralizado por el ruido del borrador, sus compañeros pasaron poco a poco de la molestia a la risa, y de ahí a la carcajada.

Al principio solo se miraban entre ellos, pero al ver que su compañero no era consciente de como estaba perturbando el examen, algunos no pudieron evitar reírse, y esta risa se fue expandiendo hasta contagiarse a todo el grupo, ¡incluido el del borrador que se reía igual que todos pero sin saber porque!, lo que hizo que todos ya de plano empezaran a carcajearse.

El chico se dio cuenta y se detuvo, disculpándose, pero no había acabado de borrar, e intentó borrar las preguntas que le faltaban poco a poco, sin perturbar de nuevo a los demás, pero cada vez que pasaba rápidamente el borrador sobre el papel era como un serrucho cortando leña, y todos paraban de nuevo, y lo volteaban a ver riéndose.
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Al final tuvimos que parar el examen para que acabará de borrar, y entre las risas de todo el grupo lo hizo a toda velocidad, lo que me recordó un episodio de la Pantera Rosa en que ella y un carpintero competían por remodelar una casa, y la poca seriedad que me quedaba salió por la ventana y yo también me empecé a reír, ahora si, sin poder contenerme.

Al terminar el examen y retirarse los alumnos, me puse a calificar, y a todos les fue bien, incluido el del borrador, por lo que se puede decir que esta fue una historia con final feliz, y ahora, gracias a esta anécdota, tenemos un chiste local en el grupo, y una moraleja: llevar siempre a los exámenes borradores de goma suave.

Gracias a un hecho de lo más curioso, un evento, que por lo general suele estar marcado por la tensión, se convirtió casi en una fiesta, y es posible que el estar todos de buen humor y menos tensos, haya influido, al menos en parte, en sus buenos resultados en el examen. Nada como la risa para combatir el estrés.
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La actitud relajada de todos fue clave para que este fuera un examen que recordaremos por mucho tiempo, y que agrego a mi lista de anécdotas docentes. A veces solo hace falta un accidente afortunada para hacernos tener un buen día. Cuando esto no suceda de manera natural, intenten con un borrador de goma dura sobre papel. A nosotros nos funcionó, y puede que a usted, estimado lector, también. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.


©bonzopoe, 2025.
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Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.
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