Mi amigo, Pepe Escalona, fue más que un simple amigo, un hermano de alma. Desde el momento en que le conocí, su sonrisa y su voz alegre se volvieron una constante en la vida con quienes tuvo contacto y relación. Él siempre fue una luz que nunca falla en rincón oscuro. En la foto que ahora tengo frente a mí, le veo con su gorra gris y franela verde, rodeado de amigos que celebran a ese hombre que supo compartir alegría y calidez. Ese era Pepe, el centro de la fiesta, su genuina bondad siempre contagiaba a todos.

Recuerdo el patio de su casa, donde el olor a hervido de gallina o cruzado nunca falta un fin de semana. Pepe sabía escuchar como pocos; él no era el tipo de persona que te ofrecía soluciones rápidas o mágicas, para él, todo tiene su momento, y cumplía. Su manera de hablar te hacía sentir que todo estaría bien, sembrando esperanza. Él abrazaba la vida como abrazaba a las personas, con fuerza, con autenticidad -ese toque especial que le hace inolvidable-. En una de las imágenes de arriba, pueden verle compartiendo con familiares y amigos. Su corazón era grande.
Pepe era también un ser humano sencillo, amante de los momentos cotidianos. En otras fotografías publicadas por sus familiares en las redes sociales, le recuerdo preparando algo en la cocina, probablemente alguna comida improvisada que, siempre, tenía la sazón criolla. “La vida está en las cosas simples, hermano”, decía, mientras sazonaba los alimentos. Esas son las memorias que ahora atesoro de él.
Hoy, me encuentro lejos de Caracas, y aún más lejos de poder despedirme, de darle el último adiós. El dolor de su partida se mezcla con gratitud, pues su familia festeja su encuentro con Dios; de seguro, no habrá de faltar una cerveza bien fría, un hervido y música venezolana -como a él le gustaba-. Pepe dejó una huella que ni el tiempo ni la distancia podrán borrar, quedará inmortalizada en cada una de las imágenes que guardan sus familiares y las que sus amigos tengamos digitalizadas. Aunque no puedo estar en su velorio, en su entierro, rindo homenaje a su vida con esta publicación, porque un hombre como él merece ser recordado. Hasta siempre, hermano putativo.