En estos días en que llevo aproximadamente 10 días con un virus gripal, donde me ha ocupado mis oídos y mis ojos, donde me marea y apenas puedo mover la cabeza, solo un animalito pudo hacerme levantar de la cama.
Pollo es este animal, que lejos de ser mascota es parte de la familia.
Un abrazo enorme para esta comunidad hermosa donde aman a las mascotas, donde las sienten parte de su familia. Permítanme contarle la historia de Pollo.
David es mi niño y es cierto que mi mundo gira alrededor de él, y que cada una de mis historias tiene mucho que ver con él. Ya estoy aprendiendo a lidiar con otros temes y no ser monotemática.
Lo cierto es que hace aproximadamente dos años, Pollo no era nuestra mascota, él pertenecía a otra casa, donde solo importaba que se reprodujera para vender a sus crías.
Como pueden ver, Pollo es de la raza que le llaman Aves de fantasía, sus plumas parecen de cabellos largos y blancos, y le nacen hasta en las patas. Es más bien pequeño hasta de adulto como es el caso de nuestro pollo.
Hace dos años, como cada mañana cuando llevo a David para la escuela, es un camino en línea recta, es el camino más cerca, además son como 200 metros. Todas las mañanas pasamos por frente a la casa donde estaba Pollo en un patio.
David cada día me decía que él quería aquel pollo. El señor de la casa parece que lo escuchó o alguien le comentó que un niño cada día decía que quería el ave. Un día me llamó y me dijo que lo vendía. Yo, por supuesto me interesé en comprar el animal.
Más por complacer a mi niño, que, porque me llamara en sí la atención sobre aquel animal, lo compré. Cuando recogí a mi niño de la escuela lo llevé hasta el patio. David se puso feliz al ver que tenía la mascota en casa, claro, él solo lo había visto a través de la cerca.
Mi padrastro un día decidió comprar un gallo para el patio y por supuesto, Pollo corría peligro delante de un gallo que va a defender a las gallinas. Por supuesto, Pollo no era un gallo para gallinas normales de patio, solo para juntarlo con gallinas como las de su especie, así que decidí traerlo conmigo a la casa donde vivo con mi esposo.
Para mi esposo, Pollo ha sido el motor que lo hace despertar cada día para darle comida, agua, porque el muy pollo empieza a cantar cuando tiene hambre, y canta duro. Cuando tiene sed, te lo hace saber cómo si fuera una persona.
Adora comer espaguetis, supongo que es porque parecen lombriz de tierra, y si es cuando se encuentra con una lombriz, arma fiesta y hasta te llama para que comas con él. Y si vas a su invitación a cenar, hasta se aparta para que comas con él.
Mi esposo lo disfruta y yo me río mucho ver a mi esposo y al pollo conversando. David lo carga y le acaricia la cabeza y Pollo mueve las paticas.
Es que sencillamente, Pollo es un miembro más de la familia, por eso lo queremos, nos llena de alegría.
El texto publicado es original y las imágenes son tomadas por mí .
English Version
These days, when I've been suffering from a flu virus for approximately 10 days, which has affected my ears and eyes, making me dizzy and barely able to move my head, only one little animal could get me out of bed.
Pollo is this animal, who far from being a pet is part of the family.
A huge hug to this beautiful community where pets are loved, where they feel like part of their family. Allow me to tell you Pollo's story.
David is my boy, and it's true that my world revolves around him, and that each of my stories has a lot to do with him. I'm already learning to deal with other issues and not be monotheistic.
The truth is that approximately two years ago, Pollo wasn't our pet; he belonged to another home, where the only thing that mattered was reproducing and selling his offspring.
As you can see, Pollo is a breed called Fancy Birds; his feathers look like long, white hair, and they grow even on his feet. He's rather small, even as an adult, like our chicken.
Two years ago, like every morning when I take David to school, it's a straight path, the closest path, and it's about 200 meters. Every morning we pass by the house where Pollo was in the yard.
David told me every day that he wanted that chicken. The man of the house seems to have heard him, or someone told him that a child every day said they wanted the bird. One day he called me and told me he was selling it. I, of course, was interested in buying the animal.
More to please my child, who, because the animal caught my attention, bought it. When I picked my son up from school, I took him to the yard. David was happy to see I had the pet at home; of course, he had only seen him through the fence.
One day, my stepfather decided to buy a rooster for the yard, and of course, Pollo was in danger from a rooster that was going to defend the chickens. Of course, Pollo wasn't a rooster for normal backyard chickens, just to be with chickens of his own kind, so I decided to bring him with me to the house where I live with my husband.
For my husband, Pollo has been the driving force that wakes him up every day to give him food and water, because the little chicken starts singing when he's hungry, and he sings loudly. When he's thirsty, he lets you know it like a person.
He loves eating spaghetti; I suppose it's because they look like earthworms. And if he finds a worm, he throws a party and even invites you to join him for dinner. And if you accept his invitation to dinner, he even steps aside so you can eat with him.
My husband enjoys it, and I laugh a lot watching my husband and the chicken chatting. David holds him and strokes his head, and Pollo moves his little legs.
Simply put, Pollo is a member of the family; that's why we love him; he fills us with joy.
The published text is original and the images are taken by me.
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