Después de eso, la hermana decidió ir al centro a buscar, yo sinceramente no tenía ningún problema con eso... pero cuando llegaron allí no se decidían qué bolso comprar y la hermana quería uno que no se podía encontrar, sobre todo un domingo por la tarde... Entonces se los dije y compraron el primer bolso que vieron. Lo compraron y volvimos andando a su casa, he de reconocer que ya me dolían los pies, pero no tanto como en otras ocasiones que he salido a andar.