**Saludos amigos de la comunidad**
Las actividades ecológicas son de mucho interés para mí y me gusta participar en talleres y actividades que se realizan para la conservación de la naturaleza.
En días pasados asistí a un taller sobre manejo de viveros forestales dictado por la Compañía Nacional de Reforestación (Conare) y donde estuvieron presentes personas de las comunidades cercanas a la montaña del Parque Nacional Henry Pittier. En la ciudad de Maracay, los cuales participan activamente en jornadas de reforestación, preocupados por los frecuentes incendios que sufre la montaña, sobre todo en época de sequía.
El lugar donde se realizó el taller es hermoso. Al llegar atravese un puente de piedras sobre un río de aguas cristalinas que baja de las montañas. Estaba rodeada de vegetación y luego de caminar un trecho llegué al lugar donde se iba a dictar el taller. Allí funcionan algunos viveros de plantas forestales, básicamente árboles autóctonos de la montaña.
En el taller nos explicaron el proceso de producción de las plantas, desde la planificación de los recursos necesarios, las diferentes fases: recolección de semillas, el establecimiento de los canteros que incluye la producción del abono con residuos naturales, el trasplante a bolsas y toda la logística del mantenimiento y transporte de las plantas.
Es un proceso laborioso porque la siembra de las semillas, el llenado de las bolsas y el trasplante se hacen manuales. Una actividad que requiere mucha mano de obra y en ocasiones deben solicitar ayuda extra con las asociaciones de la comunidad. Un trabajo en equipo es muy importante para las jornadas de reforestación.
Luego de las charlas y de tomarnos un rico té de cáscaras de cacao, recorrimos las instalaciones. Allí vimos algunos viveros de vetiver, una planta herbácea que se utiliza mucho en la conservación de terraplenes y terrenos inclinados, pues mantiene el suelo, evitando derrumbes.
Cuando iba de salida, un grupo de amigas de los grupos conservacionistas, se acercaron para caminar juntas y al pasar frente a este hermoso árbol de Ficus, con sus raíces colgantes corrimos a abrazarlo.
En este lugar la naturaleza nos llenó de buenas energías.
Agradezco mucho la lectura y sus comentarios.
Todas las fotografias son propias, tomadas con un teléfono Samsung A15.