Ronaldons: The Perfect Dehydrated Pork Experience – Barquisimeto [En-Es]

2025-04-02T23:01:57

Today, I want to share my experience eating dehydrated pork. This restaurant belongs to a Venezuelan migrant who returned to the country. He came back from Chile and decided to open his restaurant, Ronaldons. Behind its concept and identity lies a story that captivated me and sparked my curiosity—I just had to visit this place!

Ronaldons is located on Venezuela Avenue, between 10th and 9A streets. I visited this restaurant on July 25, 2024. Quite some time has passed since then, but I still have many untold stories saved on my phone. This is one of them.

We arrived at the restaurant around 1:30 p.m. Venezuelan time. I remember we left late because I was handling some payment reconciliations at work. We chose this restaurant because I had seen some Instagram Reels showcasing the preparation of dehydrated pork in a storytelling format. It looked so crispy that I had to try it.

The restaurant is completely open. It has two entrances: one leading directly to the butcher shop and another to the restaurant itself. I entered through the butcher shop, and we sat in the most open area of the restaurant.

I noticed that some areas were still under construction. It seemed odd, but I assumed they were in the process of expanding.

One of the most interesting and unique aspects of this restaurant is the area where they prepare each dish. I didn’t get too close, but the space is huge. The way they handle each pork cut is impressive, and it shows in the final dish.

The menu was available right on the table. Every dish was made with pork. It took us some time to decide, as I was set on trying the dehydrated pork. In the end, we ordered a dish called U.C.I. (Unidad de Cerdo Intensivo)—a very unusual name for a dish; in fact, it made me a bit concerned.

According to the menu, the U.C.I. dish included dehydrated pork loin, crunchy pork rinds, fried suckling pig, pork cracklings with meat, BBQ ribs, sausage for meat lovers, queso llanero (a type of Venezuelan cheese), nine small fried arepas made from pork cracklings, and a 1.5-liter beverage. The drink was a returnable soda that had to be consumed at the restaurant.

Our order took about fifteen minutes to arrive. While we waited, we talked about our upcoming trips to Caracas (at that time, we had to travel to the capital quite frequently). We were served by a waitress with light brown eyes—an incredibly beautiful woman, around 25 years old. She was very polite, but it was clear that she was tired.

She placed our dish on the table. I was stunned by the size of the plate and the sheer amount of pork it contained. Even the photo I’ll include in this post doesn’t do justice to the reality of what I experienced.

I started by trying the fried pork arepas, which looked delicious. I wasn’t wrong—the flavor and texture were outstanding. The most amazing part was how they were prepared; I had never eaten anything like them before.

We noticed that a dipping sauce was missing, so we ordered chimichurri and sour cream to complement the meal. The chimichurri was served in a very stylish container and was absolutely delicious. As for the sour cream, its flavor was quite pronounced. I really liked its texture, and the fact that it had pieces of fried cheese on top made it even more unique—something that very few restaurants do.

Naturally, I started plating portions of everything from the U.C.I. dish. I placed a few pieces of each type of pork on my plate, and it filled up quickly.

The flavor is in what we can appreciate in complex forms, but that end up becoming a sample of gastronomic art. What do you think about this?

The way the food was presented and the textures of each pork cut were exquisite. Ronaldons was one of the last restaurants I visited before I started training at the gym, and it’s definitely a place I would return to in order to enjoy the freshness, tradition, and flavor of a well-cooked piece of pork.

This was an experience, but one I had to share because Ronaldons is a restaurant with a unique identity in the city of Barquisimeto. For all the food, we paid a total of 1,129.65 Bs, which at that time was about $35 USD (or HBD).

A modest price, but one that would not remain the same in bolívares due to the ongoing devaluation and exchange rate fluctuations in Venezuela (I mention this detail so you can consider the possible costs).

SPANISH VERSION (click here!)

"Ronaldons: La Experiencia del Cerdo Perfecto"
Hoy les contaré mi experiencia al comer cochino deshidratado. Este restaurante pertenece a un migrante venezolano que retornó al país. Él regresó de Chile y decidió abrir su restaurante llamado Ronaldons. Detrás del concepto y su identidad hay una historia que me atrapó y despertó mucho interés en mí. ¡Quería conocer este lugar!
Ronaldons se encuentra en la avenida Venezuela, entre las calles 10 y 9A. Visité este restaurante el día 25 de julio de 2024. Ha pasado bastante tiempo desde entonces, pero en mi celular aún guardo muchas historias no contadas. Esta es una de ellas.
Llegamos al restaurante alrededor de la 1:30 p.m., hora de Venezuela. Recuerdo que salimos tarde porque estaba realizando unas conciliaciones de pagos en la empresa. Fuimos a este restaurante porque vi en Instagram unos Reels, que mostraban, a modo de storytelling, la preparación del cochino deshidratado. Se veía tan crujiente que debía ir a probarlo.
El local es completamente abierto. Tiene dos entradas: una que da directamente a la carnicería y otra al restaurante propiamente dicho. Entré por la carnicería y nos sentamos en la zona más abierta del restaurante.
Noté que había áreas que aún estaban en construcción. Me pareció extraño, pero deduje que estaban en proceso de expansión.
Uno de los aspectos más interesantes y peculiares de este restaurante es la zona donde preparan cada platillo. No me acerqué, pero el área es inmensa. El tratamiento que le dan a cada corte de carne de cochino es impresionante, y se nota en el plato que sirven.
El menú estaba disponible directamente en la mesa. Todos los platos estaban elaborados con carne de cochino. Nos tomó tiempo decidir, ya que yo quería comer cochino deshidratado. Al final, ordenamos el plato llamado U.C.I. (unidad de cerdo intensivo), Un nombre muy raro para un plato; el nombre fue una preocupación extrema.
Según el menú, el plato U.C.I. incluía lomo de cochino deshidratado, chicharrón tipo galleta, lechón frito, chicharrón de cochino con carne, costillas a la BBQ, chorizo para los golosos, queso llanero, nueve arepitas fritas hechas de chicharrón y una bebida de litro y medio. La bebida era una gaseosa retornable que debía consumirse en el restaurante.
Nuestro pedido tardó casi quince minutos; mientras esperábamos, conversábamos sobre nuestros planes de viaje a Caracas (en ese tiempo tuvimos que viajar varias veces a la capital). Nos atendió una mesera que tenía los ojos, marrón claro. Era una mujer hermosa de aproximadamente 25 años. Ella fue muy cordial, pero se notaba que estaba cansada.
Colocó nuestro plato en la mesa. Me impactó el tamaño del plato y la cantidad de carne de cochino que contenía. Incluso la fotografía que dejaré en este post se ve pequeña con relación a la realidad que viví.
Comencé por probar las arepas fritas de cochino que se veían deliciosas. No me equivoqué, el sabor y la contextura eran impresionantes. Lo más increíble fue la manera en que las prepararon. Nunca había comido algo similar.
Notamos que faltaba un acompañante para la comida; así que ordenamos adicionalmente chimichurri y crema de leche para untar la comida. El chimichurri fue servido en un recipiente muy estético y estaba delicioso. En el caso del queso crema, el sabor era preponderante. Me gustó mucho la textura y que tuviera trozos de queso frito en la parte superior (algo peculiar y que pocos restaurantes hacen).
Evidentemente, comencé a poner en mi platillo cada uno de los trozos de carne que iba a disfrutar. Coloqué unos pocos trozos de todo lo que traía la U.C.I. en mi plato y rápidamente se llenó.
El sabor está en aquello que podemos apreciar en formas complejas, pero que terminan convirtiéndose en una muestra de arte gastronómica. ¿Qué piensas sobre esto?
La manera en que la comida fue presentada y las texturas de cada uno de los cortes de carne de cochino tenían un sabor exquisito. Ronaldons fue uno de los restaurantes que visité antes de comenzar a entrenar en el gimnasio y al que volvería para deleitarme con la frescura, la tradición y el sabor de un buen trozo de cochino bien cocinado.
Esta fue una experiencia pasada, pero que debía compartir porque Ronaldons es un restaurante con una identidad única en la ciudad de Barquisimeto. Por toda la comida, pagamos una cuenta de 1.129,65 Bs, que para esa fecha serían unos 35 USD (o HBD).
Fue un precio modesto, pero que no sería el mismo en bolívares en Venezuela debido a la devaluación y paridad cambiaria que existe en el país (describo este detalle para que consideres los montos a pagar). Espero que puedas ir a este restaurante y comer una buena comida.
Contenido original de @neruel. Todos los derechos reservados © 2025. Imágenes: Samsung Galaxy A54. Traducción al inglés y corrección gramatical: ChatGPT - DeepL - LanguageTool.

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9.24

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