Hola, amigos del mundo. Hola, amigos de Hive. Hoy es martes y como todo el mundo lo sabe, los martes son de buena música.
En mis posts habituales que intentan recuperar la música de los 80 hecha en mi país, Venezuela, ya he hablado de varios Ídolos de aquellos años, pero realmente solo hay un músico que lleva ese título en sus hombros. Considerado como el "Ídolo de una generación", hoy escucharemos al "musiquito", al inigualable Guillermo Dávila.
Eran los años 80 y la televisión era parte de las familias del mundo. Padres, abuelos, niños se ponían alrededor de ese aparato que los entretenía y unía. Es de la televisión, específicamente de las telenovelas, que sale este chico, antigalán, desgarbado, con ojos saltones, sonrisa franca, pero con un carisma increíble que lo haría sobresalir entre todos.
Guillermo Davila es actor, pero también cantante; fue el protagonista de las telenovelas del momento, pero también el intérprete de piezas que hablaban de amor y desamor y que servían para hacer declaraciones de afecto al oído. Recordemos su musica:
Con Guillermo Dávila pasa que no es el mejor cantante de Venezuela, tal vez de allí el apodo de "Musiquito", pero su carisma hizo que llenara los escenarios más importantes de la época como el Poliedro, el teatro Mata de coco. Su fanaticada, basicamente adolescente, lloraba y se desmayaba en cada concierto; es decir, levantaba pasiones.
La segunda canción, Barco a la deriva, inmediatamente que es lanzada se convierte en la favorita del público por su letra profunda que habla de las consecuencias que trae consumir drogas. La metáfora de un barco a la deriva, sin rumbo, sirve para hablar de la desorientación, el caos y el hundimiento de una persona por culpa del consumo de estupefacientes.
Sin pensarlo dos veces
https://www.youtube.com/watch?v=-_m3jgX-p7c
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Y culminemos con una de sus piezas más polémicas. Por esta canción Guillermo Davila enfrentó juicio en Venezuela y hubo un instante que fue betada de las radios venezolanas porque se decía que incitaba a cometer violaciones y actos crueles contra la mujer. Al final, Sin pensarlo dos veces es una pieza de un amor desbocado, pasional y desmedido.
No puedo terminar este post sin contar una anécdota de mis años adolescentes. En esa época, Guillermo Davila era el novio y el amor platónico de mi hermana mayor y mío (y de la mitad de las niñas venezolanas). En ese tiempo él vino a nuestra ciudad a dar autógrafos a su fanáticada. Papá nos llevó a la discotienda donde se haría la firma de autógrafos, pero solo teníamos un solo disco y solo mi hermana pudo abrazarlo y verlo cerquita. Creo que pasé un mes molesta con ella y con mi papá porque me dijo que yo era muy pequeña para un hombre tan viejo. Jajajaja. En fin, toda la música de Guillermo Dávila pertenece a la banda Sonora de mi vida.
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##### Los videos compartidos son de Youtube, el texto fue traducido con Deepl
Esta es mi participación de esta semana en la iniciativa de nuestro gran amigo @ablaze :Three Tune Tuesday. Si quieres participar, aquí te dejo el enlace al post de invitación .
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Gracias por leer y comentar. Hasta una próxima lectura, amigos.
![Click here to read in englis]
Hello, friends of the world. Hello, friends of Hive. Today is Tuesday and as everyone knows, Tuesdays are for good music.
In my usual posts that try to recover the music of the 80's made in my country, Venezuela, I have already talked about several Idols of those years, but there is really only one musician who carries that title on his shoulders. Considered as the “Idol of a generation”, today we will listen to the “musiquito”, the incomparable Guillermo Davila.
It was the 80's and television was part of the families of the world. Parents, grandparents and children would gather around this device that entertained and united them. It is from television, specifically from soap operas, that this boy comes out, antigalan, ungainly, with bulging eyes, frank smile, but with an incredible charisma that would make him stand out among all.
Guillermo Davila is an actor, but also a singer; he was the protagonist of the telenovelas of the moment, but also the interpreter of pieces that spoke of love and heartbreak and that served to make declarations of affection to the ear. Let's remember his music:
Guillermo Dávila is not the best singer in Venezuela, maybe that's why he was nicknamed “Musiquito”, but his charisma made him fill the most important stages of the time, such as the Poliedro, the Mata de coco theater. His fans, basically teenagers, cried and fainted in every concert; that is to say, he raised passions.
The second song, Barco a la deriva, immediately after it is released, becomes the audience's favorite because of its profound lyrics that speak of the consequences of drug use. The metaphor of a boat adrift, without direction, serves to speak of the disorientation, chaos and sinking of a person due to drug use.
And let's end with one of his most controversial pieces. For this song Guillermo Davila faced trial in Venezuela and at one point it was banned from Venezuelan radio stations because it was said to incite rape and cruel acts against women. In the end, Sin pensarlo dos veces is a piece of unbridled, passionate and unbridled love.
I cannot end this post without telling an anecdote from my teenage years. At that time, Guillermo Davila was the boyfriend and platonic love of my older sister and me. At that time he came to our city to give autographs to his fans. Dad took us to the disco store where the autograph signing would take place, but we only had one album and only my sister could hug him and see him up close. I think I spent a month annoyed with her and my dad because he told me I was too small for such an old man. Hahahaha. Anyway, all of Guillermo Davila's music belongs to the soundtrack of my life.
