
Cordiales saludos a todos los amantes de los libros y sagaces lectores, de esta conspicua comunidad. Complacida y motivada de unirme una vez más a la tertulia literaria, para encumbrar en el compartir e interactuar, mis impresiones y significancias erigidas en su segunda parte, del libro Narraciones Extraordinarias del genio literato Edgar Allan Poe.
Compendiando a tono y en sintonía, este ejemplar reúne doce de sus más distinguidos relatos, seis de los cuales fueron bosquejados, cincelados y presentados a ustedes, en una vívida y sentida argumentación aproximativa. Si es de su deseo indagar por estos primigenios trazos, aquí tiene el enlace
Book review: Extraordinary narratives || Part one.
Para esta intimación discursiva, nos sumergiremos en la disertación reflexiva, ensalzándonos, en la multidimensionalidad fluida y flexible que el autor nos ostenta, a través del desvelamiento de sus peculiares e insondables horizontes, relumbrados en las seis restantes historias, de este sobresaliente libro: La Máscara de la Muerte Roja, el Pozo y el Péndulo, el Escarabajo de Oro, el Gato Negro, la Carta Robada y el Tonel de Amontillado.
Sin más preludio, irrumpamos en los enigmas y entresijos de estas atmósferas misteriosas, oscuras y explosivas. Abrasadoras y calcinadoras de las más equilibradas emociones, sediciosas de un planisferio de sentires ignotos.

## Narraciones Extraordinarias de Edgar Allan Poe
Durante mi recorrido por este texto, percibí la artimaña del autor, para conservar y tutelar, sus cuatro elementos agnados: terror, misterio, suspenso y miedo. Desde la sagaz hondura de su espíritu creativo e inquisidor, me transportó y conflictuó encarándome con dilemas éticos. Porque los condujo con picardía y maña, desde la inteligencia irracional y ciega, a lo material sensible, construyendo significantes disjuntos. Para mí, su filología adquiere una distinción sin par, que lo legitima en la órbita inconmensurable, distante y excluida, de lo frecuente y usual.

### Escritos pródigos, hinchados de contextos inquietantes, donde la muerte siempre acudió a la cita
En los tiempos del hacer que le concedieron las letras, Poe hilvanó y tejió el caos y la incertidumbre, en la permutable variabilidad e inestabilidad que le otorgaron las turbulencias de su mundo tornadizo y versátil. Así erigió redes subrepticias, de angustia y tribulación, timos diseñados a través de los destellos y reflejos de sus espeluznantes personajes, pactando una existencia dual, poco vista, en la que la belleza halaga a la muerte.
Me estremecía con cada historia que recorría, atada a su fascinante atmósfera, henchida de narrativas anárquicas, exquisitamente invencioneras, donde lo cuotidiano se resquebrajaba, para emerger con poderío lo obscuro y tenebroso. La tensión era la hegemonía, para ser sentida y experimentada.

### La Máscara de la Muerte Roja
Es un relato, en su tejido edificante y portentoso, boato en los simbolismos y pormenores. En él, la consternación y el sobresalto, que gestionan lo funesto y ominoso, se atavían de fantasía. Todo sucede y sobreviene en el reino del príncipe Próspero, cuando una desaforada peste letal, llamada la “Muerte Roja” se estampa, diseminándose y contagiando a la comarca.
Ante los hechos que acaecen, el soberano Próspero resuelve, irse con los nobles, damas y caballeros, incluyendo a los criados, a su amurallado y fortificado priorato, conferido de los más refinados gustos y complacencias. Sellando, además, las puertas de entrada y salida. Mientras que, en las afueras, su pueblo languidece en la hecatombe y la miseria, enfrentando la Muerte Roja.
Así transcurren los meses en el cenobio, entre lujos, derroche y diversión, con un príncipe empoderado por haber burlado y sometido a la peste. Altivo e imperioso, trajeado con su imponente soberbia, decide celebrar su victoria con un baile de máscaras, en sus opulentos y singulares siete salones, sin sospechar que al festín asistiría un enmascarado, que trastocaría el destino de todos para siempre.

### El Pozo y el Péndulo
Es una historia que segrega tiempos añejos, en privativo, el espacio epocal de la Inquisición, en el que un hombre relata cómo es sentenciado y condenado a muerte. La ansiedad que lo socava y el espacio que lo confina, serán los detonantes, de las más escalofriantes y angustiantes experiencias, sobrevenidas en la tortuosa y borrascosa espera de lo ineludible.
El condenado fluye en el desconcierto y desbarajuste que la situación le conduce. Atribulado en sus sentimientos, transita en la desazón y desesperanza, pero paradójicamente mantiene presente el arrojo de sobrevivir y resistir, en un lugar dominado por la oscuridad, sintiendo y distinguiendo las contingencias más inquietantes en la mazmorra, que lo enclaustra. Su intención cardinal, identificar las circunstancias en las que se encuentra, para aguzar el ingenio y buscar una salida.
Solo tendrá como aliados, sus sentidos y con ellos las sensaciones emergentes. Como lectora fui zambullida en el asiduo suplicio y en el terrible martirio, mis manipulados sentidos se mantuvieron en penitencia y en vilo. Recorrí los recovecos en la infausta oscuridad, revelando, estremecida y agitada, el pozo y luego el agudo péndulo. Sucesos estremecedores y absorbentes concretarán el desenlace de esta historia.

### El Escarabajo de Oro
Es un cuento, ensalzado de una aduladora y apetitosa aventura, donde los acontecimientos sobrevenidos son el desborde que nutren los matices. En estas letras, los aderezos y camuflajes en el pelotón de pistas, son lo mágico y sobrenatural, con su toque de enajenación. La Isla de Sullivan, es el tablado para la colisión de eventos, donde un sureño en desventura, Willian Legrand, decide hacer de este Islote su hogar, junto a Júpiter, su fiel escudero y con ellos su perro amigo.
Los hechos se desatan cuando Legrand, realiza un misterioso y extraño hallazgo: un escarabajo de oro. A partir de este descubrimiento y con motivadora y enfermiza obsesión, se exalta, con obcecación y testarudez, en la indagación de un tesoro oculto. Así comienza junto a sus colaboradores, un recorrido colmado de señales, signos y rúbricas, que exigirá astucia y sagacidad, pero sobre todo pasión para descifrar los enigmas, que finalmente los guiarán a una respuesta: la existencia de un tesoro o sólo secuela de la ingeniosa imaginación de Legrand.

### El Gato Negro
En sus raíces, esta historia es consonante con otros relatos de Poe, porque hurga y escruta en lo más sibilino y clandestino de la psique humana, sobre todo cuando esta prevarica y transgrede en sus recorridos, acompañada de proscribes obsesiones. Obcecaciones que se desfasan y retraen a escenarios obscuros y sombríos, dando aforo a lo inconcebible y escandaloso, sondeando con circunspección, en la nimiedad neurótica.
Un matrimonio armonioso y sereno en sus afectos, con los animales mimosos, tienen con orgullo su gema felina, su amado gato, Plutón, todo negro como el ébano. Así transcurren los años de acertada convivencia, pero el consumo de alcohol del hombre se vuelve desenfrenado, obnubilando el equilibrio familiar, desatando en su ipseidad las más grotescas perversiones, siendo Plutón su transcendental obsesión y el detonador de lo inimaginable.
Es un relato aceleradamente transformacional, florido y sustancioso en sus detalles. Puedo aseverar que de los doce relatos leídos y muchos de ellos releídos, este fue con el que vivencié con mayor emocionalidad, lo espeluznante y aciago, incorporado a lo siniestro y funesto, de una mente desfigurada y atormentada por un vicio.

### La Carta Robada
Es un cuento ficcional y detectivesco, similar a uno reseñado en el primer compartir. ¿Recuerdan a nuestro brillante y osado, Dupin? Sí, es él, el que describimos con su inigualable astucia en “Los crímenes de la Rue Morgue”. Pues bien, ya está de vuelta, dirigente y perspicaz, con su dilatada pericia, para descubrir los enigmas y entresijos, de lo misterioso e incomprensible. Y esto lo tiene vigente, Monsieur G (Prefecto de la policía), quien exasperado acude a Dupin en busca de ayuda. El interés capital, descubrir dónde está la carta robada a una dama, la Reina, y confirmar quién lo hizo, aunque el Ministro D, es sospechoso del hurto.
Es una invención de Poe, que te encantará por su actividad y fluidez en sus pormenores, en los que subyacen y colindan el ingenio, las influencias, el poder y la extorsión. Será nuestro hábil detective, quien nos conducirá por todos los recovecos posibles, atando cabos, buscando posibilidades, uniendo circunstancias. ¿Podrá Dupin recuperar la carta? ¿Identificará quién lo hizo? Son interrogantes que tendrás que aclarar con la lectura de este distinguido relato.

### El Tonel de Amontillado
Es un cuento de terror con todas sus letras, en el Montresor, un aristócrata amante del vino, despierta con sádico deleite, las detallistas evocaciones en su afán de enfermiza venganza contra su agresor llamado Fortunato. Eran momentos de carnavales en Italia, las calles bullían agitadas y animadas, en ellas paseaba Fortunato, disfrazado de bufón, todo emperifollado y muy alegre, por los tragos que llevaba ya encima.
Por casualidad, o tal vez por el destino, Fortunato se topó con Montresor, quien hábilmente avivó su desmesurado ego y curiosidad enófila, diciéndole que había adquirido un barril de amontillado, pero que tenía sus dudas y buscaba quien probara su vino amontillado. Así que juntos, agredido y agresor, en la fuliginosa noche, se dispusieron a consumar el acuerdo, tomando el camino y dirigiéndose a la casa de Montresor. Fue a partir de entonces cuando el “ofendido” dio rienda suelta a los deseos más lúgubres y maliciosos, expresiones de una mente atribulada y atormentada, pero sobre todo corroída y contaminada por la venganza.

Edgar Allan Poe, supo manipular mi atención a través de sus impactantes y neurálgicos desenlaces. Con sus artilugios laberínticos, exquisitamente implantados en su conspicuo estilo, logró en mí maniobrar con derroche y a su antojo, sensaciones desconcertantes y enigmáticas, haciendo de su lírica, una cualidad inigualable.
Del discurrir devenido de sus relatos, percibí con exquisito deleite cómo Poe, con capricho y pretensión, bambolea los devaneos de su vigorosa y desbordante entelequia, impregnándolos de su dilatada extravagancia. Forjó en mí, como lectora, una embaucadora y estafadora realidad, que se subyugó a su extraordinaria y aplomada audacia, colmada de detalles y de poderosa vitalidad, todo de su incondicional invención.