Esta es mi participación vez en este encuentro de @talentos invita a escribir sobre "La importancia de valorar", con un tema que tiene mucha tela que contar, si escribí contar, porque cada quien corta esa tela en su mejor manera de contar lo que piensa de sobre "La importancia de valorar".

Como siempre es un gusto poder participar en estos encuentros de talento, nuestra querida angélica en sus temas que nos hace abrir un abanico de posibilidades cuando pensamos en un tema y de una la vena de contar nuestras experiencias se abren para todos ustedes, bienvenidos a mi publicación para encuentro de todos los talentos que estamos haciendo vida en esta comunidad

Desde hace años puedo decir que me acostumbré a la rutina. Me levantaba antes que el sol tocara la ventana de mi cuarto en mi apartamento aquí en Barcelona, (pero no la de España), después de hacer mi rutina de ejercicio je, je, je me servía un café negro bien cargado y arrancaba a llevar a las niñas al colegio, eso aún o ha cambiado solo con la variante que una es para el colegio y la otra para la universidad para la UDO. Puedo decir que ser profesor me llenaba, de mucha satisfacción, pero está la otra parte, la burocracia y papeleo como jefe de nómina, muchas veces sentía que solo cumplía con lo necesario para que el día pasara.

En mi apartamento, las cosas también tenían su ritmo. Mi esposa, siempre pendiente de todo, mis dos princesas creciendo tan rápido. Y así pasan los años, sin mirar demasiado alrededor, sin detenerme a pensar si realmente estaba disfrutando lo que tenía.

El golpe de realidad llegó cuando decidí meter la jubilación en la universidad. Ya el cuerpo pedía descanso y, sobre todo, necesitaba buscar nuevas formas de ingreso porque, como todo en este país, nada es seguro. Lo que no esperaba era lo que vendría después: el vacío de las mañanas sin la rutina, la falta del "buenos días, profe", el cambio repentino en mi vida.

Fue ahí cuando me di cuenta de todo lo que había dejado pasar. El tiempo con mis hijas, las largas conversaciones con mi esposa. De repente, todo eso tenía un valor diferente, como si antes hubiera estado viendo la vida en blanco y negro y de golpe se encendieran los colores. No es que no lo supiera, es que nunca me había detenido a pensarlo. Porque cuando uno está en la carrera diaria, como dice mi mamá en él corre corre de la vida y la rutina, uno se olvida de mirar lo esencial. Y lo esencial no es el trabajo, no es la rutina, no es la preocupación constante por el mañana. Definitivamente es el ahora.

Cuando mi esposa me busca para hablar, dejo el teléfono a un lado y le presto atención de verdad. Y con mis hijas, trato de estar presente, de no verlas crecer como quien ve llover, sino como quien disfruta cada gota y para mí ellas valen cada gota. La vida sigue, claro, con sus problemas, sus incertidumbres y sus desafíos. Pero ahora entiendo que valorar no es solo reconocer lo que uno tiene, sino que vivirlo mientras está. Porque, al final, ¿de qué sirve trabajar y preocuparse tanto si se nos olvida lo más importante?

For years I can say that I got used to the routine. I used to get up before the sun touched the window of my room in my apartment here in Barcelona, (but not the one in Spain), after doing my exercise routine heh, heh, heh, I poured a strong black coffee and started to take the girls to school, that still has not changed only with the variant that one is for the school and the other for the university for the UDO. I can say that being a teacher filled me with a lot of satisfaction, but there is the other part, the bureaucracy and paperwork as head of payroll, many times I felt that I was only doing what was necessary for the day to pass.

In my apartment, things also had their rhythm. My wife, always looking after everything, my two princesses growing up so fast. And so the years go by, without looking around too much, without stopping to think if I was really enjoying what I had.

The reality check came when I decided to retire at the university. My body was already asking for rest and, above all, I needed to look for new forms of income because, like everything else in this country, nothing is certain. What I did not expect was what would come next: the emptiness of the mornings without the routine, the lack of “good morning, teacher”, the sudden change in my life.

That's when I realized how much I had missed out on. The time with my daughters, the long conversations with my wife. Suddenly, all of that had a different value, as if before I had been seeing life in black and white and suddenly the colors came on. It's not that I didn't know it, it's just that I had never stopped to think about it. Because when one is in the daily race, as my mother says in the rush of life and routine, one forgets to look at the essential. And the essential is not the work, it is not the routine, it is not the constant worry about tomorrow. *It is definitely the now.

When my wife looks for me to talk, I put the phone aside and really pay attention to her. And with my daughters, I try to be present, not to watch them grow up like someone who watches it rain, but like someone who enjoys every drop and for me they are worth every drop. Life goes on, of course, with its problems, its uncertainties and its challenges. But now I understand that to value is not only to recognize what one has, but to live it while it is there. Because, in the end, what's the point of working and worrying so much if we forget the most important thing?

To value oneself.

Translated with DeepL.com (free version)