Hace unos meses atrás compartí uno de mis repertorios favoritos para este maravilloso espacio, el mar, sin embargo, confieso que me gusta la naturaleza en todo su esplendor, los paisajes naturales como las montañas, ríos y lugares hermosos donde pueda disfrutar del verdor de las plantas y los hermosos colores de las flores. En mi querida ciudad de Cumaná, hay dos parques que forman parte de lo que llamamos pequeños pulmones verdes. Me inclino siempre por los lugares históricos y con ese aire colonial que me conecta con mis raíces, por eso elegí para la #zonarelax el parque Ayacucho, donde también se encuentra un museo con el mismo nombre, parada obligada de muchos turistas.

En horas de la tarde, después de salir del trabajo, me decidí a dar un paseo por este parque, es un lugar muy hermoso que se encuentra en pleno centro de la ciudad, siendo uno de sus mayores atractivos el Río Manzanares, que atraviesa a la ciudad justo en ese punto. Esa tarde, luego de una larga jornada de 8 horas, me sentía algo agobiada por tantos pendientes en el trabajo y también un poco triste por una situación que he sentido que escapa de mis manos.

Para aliviar esas sensaciones nada agradables, sentí la necesidad de dar un paseo y el parque Ayacucho me ofrecía el mejor panorama para conseguir mi momento de relax y bienestar. Nada mejor que caminar mientras observas la quietud de las aguas del Río Manzanares, escuchar a los pájaros cantar y observar la enorme arboleda que destaca en el lugar. Este parque invita a caminar por su pasaje de piso de granito, donde muchas hojas secas ya han caído. En principio, busqué un banco donde sentarme para contemplar tanta belleza. Solo me bastó sentarme unos minutos, ver pasar a la gente, observar el río y ver como lo rodean las plantas para formar un hermoso paisaje.

No solo me conformé con mirar, luego me aventuré en mi caminata a tomar algunas fotografías y me pareció increíble la altura de los árboles, parecían rascacielos, los más difíciles de alcanzar. La verdad es que captar estos paisajes y momentos distrajeron mi mente al punto de hacerme olvidar todo, me sentí bastante bien, podría decir que hasta feliz. La conexión con la naturaleza es maravillosa, me ayudó a reducir mis niveles de estrés, al igual que el cansancio físico y mental que traía. Por otro lado, me mantuve algo alejada del tren agitado del tráfico, parte de un día a día que no podemos evitar.

La verdad disfruté mucho el paseo por el parque Ayacucho porque alivió mi mente en muchos sentidos, además de ser mi inspiración para esta publicación, y por supuesto, la recarga de energía que necesitaba para volver a empezar. .

A few months ago I shared one of my favorite repertoires for this wonderful space, the sea, however, I confess that I like nature in all its splendor, natural landscapes such as mountains, rivers and beautiful places where I can enjoy the greenery of the plants and the beautiful colors of the flowers. In my beloved city of Cumaná, there are two parks that are part of what we call small green lungs. I always go for historical places with that colonial air that connects me with my roots, that's why I chose for the #zonarelax the Ayacucho park, where there is also a museum with the same name, a must stop for many tourists.

In the afternoon, after leaving work, I decided to take a walk through this park, it is a very beautiful place that is located in the heart of the city, one of its main attractions being the Manzanares River, which crosses the city right at that point. That afternoon, after a long day of 8 hours, I felt a little overwhelmed by so many pending tasks at work and also a little sad about a situation that I felt out of my hands.

To alleviate those unpleasant feelings, I felt the need to take a walk and Ayacucho Park offered me the best panorama to get my moment of relaxation and wellbeing. Nothing better than walking while watching the stillness of the waters of the Manzanares River, listening to the birds singing and observing the huge grove of trees that stands out in the place. This park invites you to walk along its granite-floored walkway, where many dry leaves have already fallen. At first, I looked for a bench where I could sit to contemplate such beauty. It was enough for me to sit for a few minutes, watch the people go by, observe the river and see how the plants surround it to form a beautiful landscape.

I was not only satisfied with just looking, then I ventured on my walk to take some pictures and I found the height of the trees incredible, they looked like skyscrapers, the most difficult to reach. The truth is that capturing these landscapes and moments distracted my mind to the point of making me forget everything, I felt pretty good, I could even say happy. The connection with nature is wonderful, it helped me to reduce my stress levels, as well as the physical and mental fatigue I was carrying. On the other hand, it kept me somewhat away from the hectic traffic train, part of a day to day life that we cannot avoid.

I really enjoyed the walk through the Ayacucho park because it relieved my mind in many ways, besides being my inspiration for this publication, and of course, the energy recharge I needed to start again.