Estaban celebrando los 150 días sin accidentes laborales. Por lo cual algunos empleados y jefes estaban contentos por esto. Muchas empresas recibían premios por cuidar de sus trabajadores, mantener principios de seguridad y dar charlas para mantenerse a salvo en el trabajo.
Pero hasta allí, ese día sería el comienzo del fin. Mientras estaban en las revisiones diarias, la luz disminuyó el voltaje.

Raúl, quien es el técnico electricista de guardia, va a revisar el tablero y los alrededores buscando de donde provino la falla.
Estaba justo en un poste de luz, cuando recibió una fuerte descarga que lo arrojó al piso.
Por un momento sintió que la corriente lo atravesó. Su corazón se aceleró, su pulso se volvió incontrolable. Sentía que el corazón saldría de su pecho. Sus cabellos se habían erizado por la estática recibida. Se tranquilizó, permaneció un momento sentado tratando de pensar en qué había pasado.
Se levantó, Colocó un mensaje de advertencia en el lugar y se fue a la enfermería. Allí solicitó que le atendiera el médico de guardia. Le comunicó lo sucedido con la corriente, y en donde recibió la descarga. Así que el médico de guardia le realizó las pruebas pertinentes en caso de electrocución. Le realizó la revisión del estado físico, para buscar signos de quemadura, que no encontró.
Le efectuó el electrocardiograma, y firmó la solicitud de los exámenes de laboratorio que incluyen examen de orina, hematología completa y las transaminasas. Para evaluar el funcionalismo cardíaco, daños musculares y afectaciones internas por quemadura.
Al parecer no había nada en el electrocardiograma. Le comentó el médico quer debía estar pendiente de cualquier alteración en sus capacidades ya que la electrocución produce alteraciones inmediatas, mediatas y tardías.
Lo extraño que el médico observó ese día, cuando culminó su jornada en la empresa, es que los días de los no accidentes laborales continuaban en 150. Al parecer no parecía que aquello ocurrido era de importancia.
La mentira tiene patas cortas y con la salud no se juega. Tanto el paciente como la empresa aprenderían la lección.
El paciente volvió al día siguiente a la enfermería, por las recomendaciones del médico de avisar cambios en sus capacidades. Pero hizo caso omiso en ir a la evaluación con el especialista.
El paciente notó que su corazón se aceleraba de un momento a otro y luego se corregía solo. Notó que su visión se hacía borrosa en algunos momentos del día. Que sudaba de repente sin tener calor. Por eso acudía a la nueva evaluación.
El médico que lo atendió le había informado que debía ir a consulta con un especialista para buscar lesiones inaparentes, cosa que el paciente obvió y decidió ir de nuevo a la consulta en la empresa. Solo que se encontró con el rechazo del médico quien le increpó.
De nuevo le dijo el médico en forma más específica que podía estar generando cambios en su sistema por daños internos importantes de aparición a posteriori. Que debía ir al especialista o sería denunciado por ocultamiento de diagnóstico médico, a sus superiores.
Ocurrió que la empresa ocultaba el suceso ocurrido, no notificando de lo ocurrido en las estadísticas. Por eso los días sin accidentes continuaban en incremento. Pero el paciente estando en su trabajo sufrió una falla cardíaca y fue llevado de emergencia durante la tarde al centro de emergencia más cercano.
Entró en paro cardíaco, llevaba consigo las órdenes para los exámenes y de la solicitud de evaluación especializada, con 48 horas sin ejecusión. Puso en peligro su vida, permaneciendo en la unidad de cuidados intensivos por más de una semana.
La empresa con tal situación de Raúl, tuvo que explicar el porqué de no haber notificado ese accidente laboral, a los encargados de seguridad industrial. Solo por mantener apariencias ante una especie de contienda. Por liderar los premios por ausencia de accidentes laborales en relación con otras empresas.
Desde entonces ese proyecto de estímulo para ayudar a incentivar los aspectos de seguridad se eliminaron. Se creó un grupo de vigilancia que notificara hasta los casos más insignificantes de sucesos en los trabajadores durante la jornada en el trabajo.
Raúl volvió al trabajo y ya nunca volvió a ser igual. Cada vez sentía que su corazón le palpitaba en forma extraña. Hasta que llegó el momento en que renunció por no poder con la sensación de stres que le producía la electricidad.
El no enfrentar la situación a tiempo le trajo consecuencias considerables a Raúl, en su salud física y mental para toda la vida.
A veces consideramos que somos más conocedores de una materia que el mismo especialista que tenemos al frente. Nos consideramos con tal conocimiento que dudamos en hacer caso de las recomendaciones de los que conocen con certeza el problema. Nos arriesgamos a padecer para toda la vida de las consecuencias de nuestras malas decisiones.
