Luego del fin de semana pasado, el cual en Ecuador, fue semana santa, he tenido unos días de montaña rusa, tanto de emociones, como de actividades.
Es una situación familiar, así que varios hemos estado viviendo lo mismo y de maneras diferentes. Uno de mis hermanos mayores, me llamó este sábado para invitarnos a la playa y me dijo que era necesario hacerlo, así que aún cuando mi estado de ánimo no quería ir, acepté hacerlo. Y es que además de tener poco ánimo, también he estado bastante cansada, tenía meses sin despertar sintiéndome cansada y con dolores de espalda y otra vez han regresado, así que ir a la playa fue algo liberador.
Fuimos a una playa cercana, a un área nueva y lo que realmente me impresionó fue ver el cielo tan azul, tan despejado. Aquí casi siempre está nublado así haga mucho calor o esté fuerte el resplandor del Sol, pero ese día creo que el Cielo posó para nosotros como familia y eso me transmitió mucha paz. Era tan bonito, que amistades de la zona me preguntaban donde era y se sorprendía al saber que estaba en la playa cercana.
La que más disfrutó de la playa fue Ammy, ella tenía muchos deseos de ir y más aún luego de estar en un lugar tan frío como Cuenca. Así que fue un deseo cumplido ya que pronto se terminaran sus vacaciones escolares y en épocas de clases es menos probables que hagamos paseos así (aunque a veces si). Por otra parte Joaquin y Amelie no se metieron al mar, Joaquin se quedó haciendo castillos y formas de arena, mientras Amelie solo estaba sentada observando el entorno, ya que ella le ha agarrado cierta fobia al mar y a las piscinas, por su Autismo y nosotros respetamos su espacio.
Fue un grato momento en familia y aunque no estábamos todos, la pasamos bien, mi papá es feliz cuando hacemos cosas así y eso es lo más importante. Ya esta semana iniciamos nuevamente con los corre, corre y bueno, quizás pronto les hable de ello.
![English Version]
After this past weekend, which in Ecuador was Holy Week, I’ve had a few rollercoaster days, both emotionally and activity-wise.
It’s a family situation, so several of us have been experiencing it in different ways. One of my older brothers called me this Saturday to invite us to the beach and said it was necessary to go, so even though I wasn’t really in the mood, I agreed. Besides feeling low-spirited, I’ve also been quite tired; it had been months since I last woke up feeling exhausted and with back pain — and now it has returned. So, going to the beach turned out to be something very freeing.
We went to a nearby beach, to a new area, and what really impressed me was seeing the sky so blue and so clear. Here, it's almost always cloudy even if it's hot or the sun is shining brightly, but that day it felt like the sky posed just for us as a family, and it brought me a lot of peace. It was so beautiful that friends from the area asked me where it was and were surprised to learn it was at the nearby beach.
The one who enjoyed the beach the most was Ammy; she had really been wanting to go, especially after being in a cold place like Cuenca. So it was a wish fulfilled, particularly since her school vacations are ending soon, and during school time it’s less likely we can do trips like this (although sometimes we still manage).
On the other hand, Joaquin and Amelie didn’t go into the water. Joaquin stayed building castles and shapes in the sand, while Amelie just sat observing the surroundings, as she has developed a certain fear of the sea and pools due to her Autism, and we respect her space.
It was a pleasant family moment, and even though not everyone was there, we had a good time. My dad is happy when we do things like this, and that’s the most important thing.
This week we’re back to the usual hustle and bustle, and maybe I’ll tell you about that soon.
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