¿Quién soy? #20 Lo que ese libro me dejó: El Niño y el esfuerzo de la comprensión/ The Kid and the effort of understanding (ESP/ENG)

2025-03-28T19:26:15
¡Hola comunidad! Esta iniciativa de @damarysvibra me causó infinito placer, a tal punto que debí sopesar un par de días qué libro escoger. No sé si tengo suerte y he leído lo que me gusta, o si por el contrario soy raro y me gusta todo lo que leo. En cualquier caso mi elección de un libro para contarles lo que me dejó, une adolescencia y adultez y comienza con una historia personal.
De niño mis vacaciones se reducían con frecuencia a las cajas de libros que me regalaba uno de mis tíos. Como exmilitar cubano, él tenía su "agenda", y resulta que ya a los quince años me había leído las memorias de varios mariscales soviéticos y una cantidad enorme de lo que se dió en llamar la "literatura de lugartenientes".
Pero entre los regalos politizados de mi tío se coló un polizonte: la ciencia ficción soviética. Dudo que él se diera cuenta, eran solo "libros soviéticos" y ya eso bastaba para que contaran con su aprobación.


Esta es la edición cubana que hace poco adquirí.

Fue todo un mundo maravilloso y hoy casi olvidado el que descubrí por entonces, donde los encuentros con alienígenas no terminaban en guerras. Uno de estos libros lo recuperé hace poco en una edición cubana y lo compré para volver a disfrutarlo: "El Niño" de Arkadi y Borís Natánovich Strugatski.
En resumen, el libro va de una expedición humana a un planeta de "baja actividad biológica", con el objetivo de acondicionarlo para trasladar a toda una especie inteligente en peligro de extinción, los Pantianos, pues su estrella pronto se convertirá en supernova.
Allí encuentran a un "niño", humano e inhumano a la vez, terriblemente similar y a la vez tan diferente que el entendimiento es un proceso y no un suceso. El quid de la cuestión es que el niño, una especie de Mowgli del espacio, con todas sus dificultades para reconectar con "lo humano", es a la vez el puente de comunicación con extraterrestres nunca vistos y que aspiran a permanecer así.


Hoy leo la ciencia ficción soviética con una mirada menos ingenua, cuestión de saber donde están sus espinas y sus rosas.

Más allá del género, el libro es un monumento a la comunicación, al esfuerzo necesario para reconocer en los demás a nuestros semejantes y a la vez aceptar sus diferencias. Aceptar y no sólo admitir que son seres únicos y que sus intereses son tan dignos de consideración y respeto como los nuestros.
¿Que tal si los otros fuesen tan diferentes que a primera vista no pudiéramos reconocerlos? ¿Que tal si no son un espejo que proyecte nuestras ideas y concepciones? Puedo imaginarme que los autores, hermanos en la sangre y la literatura, partieran de ahí para desarrollar su idea... o tal vez no, y ese es el núcleo de la obra.
El libro me dejó claro a la temprana edad de 14 años con que lo leí por primera vez, que entender a los demás necesita de esfuerzo consciente. Me legó una suspicacia constante de mis propias asunciones en lo que concierne a otros. ¿Quiénes son? ¿Por qué actúan así? ¿Y si la idea que me formé es sólo una proyección de mis prejuicios?
Si creo sinceramente en la posibilidad del entendimiento, de superar las preconcepciones, del respeto a la diferencia y de la mutua defensa de los valores que compartimos (aunque sean pocos), es gracias a esta obra genial.
Ahora trabajo en un medio de comunicación y el legado de "El Niño" lo antepongo a cada noticia que leo. Desgraciadamente la inmensa mayoría de los medios internacionales tienen una cobertura noticiosa sesgada unos de otros y de todo lo que les sea ajeno. Su trabajo desprende el desgradable tufo de: ¿y ésos quiénes son? ¿por qué hacen cosas sin sentido? ¡están locos! ¡tenemos que corregirlos!
Hoy leo preguntándome con calma:
¿Cuál es el peso de sus prejuicios en todo ello?
Y más importante todavía:
¿Cuál es el peso de los míos?


ENGLISH VERSION


Hello community! This initiative by @damarysvibra brought me immense joy, to the point where I spent days pondering which book to choose. I don’t know if I’m lucky to have read books I loved or just weird enough to love everything I’ve read. In any case, the book I’ve chosen to share bridges my adolescence and adulthood and begins with a personal story.
As a child, my vacations often revolved around boxes of books gifted by one of my uncles. A former Cuban military man, he had his "agenda," and by age 15, I’d already read memoirs of several Soviet marshals and a vast amount of what was called "lieutenant literature."
But amid my uncle’s politicized gifts, a stowaway slipped in: Soviet science fiction. I doubt he noticed, they were just "Soviet books" and that was enough for his approval.


This is the Cuban edition I recently acquired.

It opened a wondrous, now nearly forgotten world where encounters with aliens didn’t end in wars. One of these books, which I recently rediscovered in a Cuban edition, is "The Kid" (Malysh) by Arkady and Boris Strugatsky.
In short, the story follows a human expedition to a planet of "low biological activity" to prepare it for relocating an endangered intelligent species, the Pantians, whose star is about to go supernova.
There, they find a "kid", human yet inhuman, eerily similar yet so different that understanding becomes a process, not an event. The crux is that this space-age Mowgli, with all his struggles to reconnect with "humanity," also serves as a bridge to communicate with unseen aliens who wish to remain that way.


Today, I read Soviet sci-fi with less naivety, knowing where its thorns and roses lie.

Beyond genre, the book is a monument to communication, to the effort required to recognize others as kin while accepting their differences. To accept and not just acknowledge, that they are unique beings whose interests deserve as much consideration and respect as our own.
What if others were so different we couldn’t recognize them at first glance? What if they aren’t mirrors reflecting our ideas? I imagine the authors, siblings in blood and literature, started here to develop their premise... or maybe not, and that’s the story’s core.
At 14, when I first read it, the book taught me that understanding others requires conscious effort. It left me perpetually skeptical of my own assumptions about people. Who are they? Why do they act this way? What if my perception is just a projection of my biases?
If I sincerely believe in the possibility of mutual understanding, overcoming preconceptions, respecting differences, and defending shared values (however few), it’s thanks to this brilliant work.
Now working in media, I apply "The Kid" legacy to every news story I encounter. Sadly, most international outlets report with bias toward the unfamiliar. Their coverage reeks of: "Who are these people? Why do they act so irrationally? They’re crazy! We must fix them!"
Now, I read calmly asking:
How much do their prejudices weigh in all of it?
And more importantly:
How much do mine?

Este post es libre de IA.  
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