En Cervantes Ciencias nos unimos a la celebración que los organismos internacionales hacen cada 4 de marzo para luchar y hacernos reflexionar sobre el daño que ocasiona a la humanidad ¡La obesidad! Tan popular en los últimos años, donde los alimentos procesados, el ritmo de la vida, la publicidad y hasta las modas, están causando estragos.
El tema tiene que ver muchas veces con las llamadas adicciones y vacíos o procesos emocionales que buscamos soslayar mediante la ingesta de alimentos ricos en azucares y grasas ¡Y es que estos causan placer en los sistemas cerebrales! Pues genera toda una química, que al igual que una droga, puede hacernos sentir momentáneamente mejor. Por ello, el llamado no es solamente a cambiar los estilos alimenticios, sino también a descubrir cuáles son los procesos que me generan la ansiedad o el desespero que me lleva a comer de manera excesiva.
A una mala dieta le sumamos el sedentarismo, y es que el mismo ritmo de vida tan acelerado, con múltiples cosas que hacer en un día, nos lleva a ver al deporte más como un hobby, que como un habito necesario y saludable. Si llevamos una vida de excesos, sin ejercitación y con mucho estrés, el panorama tiene a verse bastante desconcertante ¡Aunque pocas veces lo pensemos!
Los azucares refinados, tortas o bollerías, panes, harinas, pastas, entre otros, presuponen hoy una alerta a la hora de comer. Está situación además nos hace pensar en el hecho de que, si la mayoría de los países desarrollados lideran las cifras de obesidad, la desnutrición también puede deberse a la mala distribución de los alimentos en nuestros sistemas políticos-sociales ¿Interesante?
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