Una de las cosas que más hice con mi abuela en los últimos años de su vida fue pasar tiempo con ella, algo que quizás sería bastante normal para alguien ya envejecido y con una fuerte enfermedad. Lo cierto es que con mi abuela esto fue algo muy extraño y diferente, ya que durante toda su vida ella desarrolló un carácter bastante fuerte y en el mayor de los casos siempre deseaba estar sola. No le gustaban mucho las visitas, y cuando nos veía llegar a su casa enseguida nos mandaba a jugar a otro lado que no fuera cerca de donde ella estaba. No era una persona triste ni amargada, sino que simplemente disfrutaba estar sola y en completa tranquilidad.
Pero de pronto la enfermedad llegó, y sorpresivamente mi abuela cambió su actitud. Ahora era todo lo contrario, al punto que si nos veía pasar frente a su casa nos pedía que pasáramos y nos quedaramos un rato. Incluso nos daba dinero para comprar algo en la bodega y así quedarnos con ella hablando sobre cualquier cosa. Si pasaba uno o más días sin vernos nos mandaba a llamar con algún conocido o vecino que pasara frente a la casa, ya que debido a su enfermedad ella no podía salir a caminar por su propia cuenta. Una de mis tías se encargó de su cuidado y atención durante mucho tiempo, pero aún así mi abuela deseaba que otros más fueran a visitarla y hablar con ella.
Todas las tardes yo solía pasar por su casa, y por más de dos horas me quedaba junto a ella. Entre chistes, recuerdos y anécdotas me parecía ver a otra persona, me sentía como si ahora estuviera conociendo a mi abuela de verdad. A veces, ella manifestaba su deseo de poder recobrar su salud y hacer cosas que en el pasado nunca se atrevió, pero ella comprendía que aquello era algo que no iba a pasar. Aún así, nuestras conversaciones en su mayoría eran bastante alegres y animadas, a tal punto que a la hora de regresar a casa ella siempre pedía que me quedara un rato más. Realmente mi abuela valoraba con cariño el tiempo que pasábamos juntos.
Con el pasar de los meses su enfermedad se aceleró, y en ocasiones estuvo hospitalizada por varios días. Ya en ese punto mi abuela no hablaba, y no se podía mover por voluntad propia. Recuerdo que en un par de ocasiones me tocó cuidarla de noche, y aunque no me podía responder yo lo que hacía era leerle una revista que siempre le gustaba, una en donde se habla de una vida en un mundo sin enfermedad, ni dolor ni muerte. Realmente yo no podía asegurar si me estaba escuchando o no, pero lo que si sabía era que ella estaba consciente de mi presencia durante todo ese tiempo.
A veces las cosas no son tan buenas como terminan, y aunque la vejez es una etapa inevitable en nuestra vida, a través de ella nos damos cuenta de lo que verdaderamente tiene valor para nosotros. Como jóvenes subestimamos o damos por sentado algo tan valioso y especial como el tiempo, y de pronto nos sentimos atrapados en una realidad que nos trae a esa esencia natural de no querer renunciar. Es como si en un largo viaje, de pronto debas parar y quedarte mientras otros siguen, resignandote a la triste escena de un adiós en el cual no quieres estar ni en este lado ni en el otro. Ahora no tenemos un tiempo indefinido para apreciar nuestra vida y la de otros, así que está en nuestras manos darle la valía a cada segundo que tenemos y que podemos compartir con alguien más.
Nunca es tarde para hacerle saber a esa persona que su existencia tiene incluso más valor que tuvo hace un tiempo atrás, y si hoy las enfermedades o las circunstancias negativas asoman a su vista, no dejemos apagar esa llama de vida que aún persiste en el corazón. Recuerda que la calidad no depende de la cantidad, así que siempre estemos dispuestos a dar en base a lo que tenemos y no en lo que deseamos tener para dar. Un detalle, una palabra, un pequeño gesto de amor puede ser el regalo más grande y más significativo que podemos compartir con esas personas que en experiencia y vivencias nos superan, y por lo tanto estamos en el hermoso compromiso de corresponder con lo mejor que podemos dar, un espacio de tiempo con un sincero y profundo sentimiento que de seguro jamás olvidarán ❤️
Gracias por darle valor a esta publicación con tu tiempo y atención.
Hasta pronto.