Hello, friends, wherever you're reading this.
This is what I'm willing to let go of: the difficulty of finishing everything I start.
I swear, even my mother once told me: Abel, you can't start so many things and not finish any of them.
At the time she told me this, things were worse than they are now, as my level of irresponsibility was tremendous. Luckily for me and my family, I've matured, and right now I don't start anything I'm not willing to finish; to see it through to the end.
But it's hard for me. It's very hard for me to see things through to the end when many difficulties arise, or this project x I've gotten myself into drags on.
And that's wrong.
Right now, what's being affected the most is my literary career, as I have five novels started and only one completed. I have several short stories started and none completed in this latest series.
Unless an editor or someone pressures me, I don't finish them. And that only hurts me.
Luckily, I no longer start projects that involve other people and leave them half-finished, like I used to. And, of course, I looked bad in the eyes of many people.
I learned that the hard way. I learned that my actions have consequences, and those consequences can't affect other people. I learned the hard way that a man only has one word, and he must keep it, no matter what the cost, once he gives it.
I learned that I can't try to do more than I can, because, as the saying goes, he who does too much, does little.
I also learned that I can't have too many open fronts. That it's better to have a few and be able to devote my full attention to them, rather than having many open fronts and paying little, or no, attention to all of them. That way, I can set priorities and better organize my time, my ideas, and my efforts.
But the main thing is that I have to let go, and let go soon and once and for all, of that defect of not finishing something. Especially if it affects me.
This defect of not finishing everything I start is sometimes not due to an inability to finish it, but rather to procrastination, immaturity, or simply boredom. Although, it's mostly due to procrastination or forgetfulness.
Procrastination because, as the word itself says, I put it off. And sometimes that leads to forgetfulness. I get busy doing other things, other projects, or simply the daily routine makes me forget what I was doing, and there it stays.
So, my friends, to avoid boring you, try to finish everything you start for your own good and for the good of others. Set priorities and, if you can, do as I do: get a planner or set alarms on your cell phones to remind you of what you have to do and when you have to do it.
Believe me, it works: I'm doing it.
Versión en español
Hola, amigos, de donde sea que estén leyéndome.
Esto es lo que estoy dispuesto a soltar: la dificultad de terminar todo lo que comienzo.
Les juro que hasta mi madre me lo dijo una vez: Abel, no puedes estar comenzando tantas cosas y no terminar ninguna.
En la época que me lo dijo era peor que ahora, ya que mi nivel de irresponsabilidad era tremendo. Por suerte para mí y mi familia, ya he madurado y ahora mismo no comienzo nada que no esté dispuesto a terminar; a llevarlo a cabo hasta el final.
Pero me cuesta. Me cuesta mucho llevarlos a final cuando aparecen muchas dificultades, o se extiende en el tiempo este proyecto x, en el que me he metido.
Y eso está mal.
Ahora mismo lo que más se ve afectado es mi carrera literaria, ya que tengo cinco novelas comenzadas y solo una completada. Tengo varios cuentos comenzados y ninguno completado en esta última serie.
A no ser que aparezca algún editor o alguien que me presione, no los termino. Y eso al único que hace daño es a mí mismo.
Por suerte, ya no comienzo proyectos en el que involucra a otras personas y que deje a medias, como antes solía hacer. Y, por supuesto, quedaba mal con mucha gente.
Eso lo aprendí por las malas. Aprendí que mis acciones tienen consecuencias, y esas consecuencias no pueden afectar a otras personas. Aprendí por las malas que, el hombre solo tiene una palabra y tiene que cumplirla, cueste lo que cueste, una vez que la dé.
Aprendí que no puedo querer abarcar más lo que puedo, porque, como dice el dicho, el que mucho abarca, poco aprieta.
Aprendí también que no puedo tener muchos frentes abiertos. Que es mejor tener unos pocos y poder dedicarle toda mi atención a ellos; en lugar que tener muchos abiertos y prestarle poca, o ninguna atención, a todos ellos. De esa manera puedo establecer prioridades y organizar mejor mi tiempo, mis ideas y mis esfuerzos.
Pero, lo principal es que tengo que soltar y soltar pronto y de una vez y por todas, ese defecto de no terminar algo. Sobre todo si me afecta a mí.
Este defecto de no terminar todo lo que comienzo, en ocasiones no es por imposibilidad de terminarlo, sino por procrastinación, inmadurez, o sencillamente, aburrimiento. Aunque, mayormente se debe a la procrastinación u olvido.
Procrastinación porque, como dice la propia palabra, lo dejo para después. Y en ocasiones eso conlleva al olvido. Ya que me pongo a hacer otras cosas otros proyectos o sencillamente, la rutina del día a día hace que me olvide de lo que estaba haciendo y allí se quedó.
Así que, amigos míos, para no aburrirlos, traten de terminar todo lo que comiencen para su bien y de los demás. Establezcan prioridades y, si pueden, hagan como yo, búsquense una agenda o pongan alarmas en los celulares para que les recuerden lo que tienen que hacer y cuándo tienen que hacerlo.
Créame que funciona: yo lo estoy haciendo.
