Muchos de los que mejor me conocen entenderán que ayer, 21 de marzo, viví uno de esos días en que su incómodo, pero bondadoso espíritu, no se despegó de mi lado. Me pasé el día recordándole.Los vitrales de la Iglesia del Buen Viaje camino al trabajo me recordaron su Arcoíris 🌈. El tratamiento que Paco Mir, a través de ese símbolo, le da al dolor inesperado en su obra poética: inusitada, dramáticamente, lo hace vinculado siempre a su afán de trascendencia.