¿Cuántas veces hemos escuchado decir que la empatía es ponerse en el lugar del otro?, ¿y cuántas veces hemos pensado que tener empatía es saber por lo que está pasando el otro o saber cómo siente el otro? Ciertamente, en esta asunción cotidiana se parte de una identificación, o mejor aún, de una proyección sobre otra persona que generalmente es la que sufre. Y sí, como ya habrás leído en el título, vengo a desmontar un poco esta ilusión pretenciosa.Vamos a partir primero de la raíz Podemos ver que desde sus inicios, el término parte de, al menos, tomar en cuenta la emocionalidad de las demás personas, e identificarnos con lo que sea que estén sintiendo bien porque nos sea familiar o porque creemos haber pasado por alguna situación similar. Pero desgraciadamente todo esto se ha disuelto hasta llegar a nuestros días. Resulta que hoy por hoy, ser alguien empático es ser alguien que más que identificarse con el estado emocional de las demás personas, se proyecta sobre ellas embistiéndolas con la falsa creencia de que sabemos por lo que están pasando, y más aún, cree sentir lo mismo. O sea, mismo fenómeno pero en sentido contrario. Al final, todo se reduce a un regreso al Yo de quien es «empático»; un regreso que significa una posición de saber respecto a un otro, a un «yo sé lo que te sucede», lo cual se presta para mucha

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¿Género como ventaja o desventaja? La respuesta menos reflexionada que me viene a la mente es que el género no es en sí mismo ventajoso o no, sino el sistema de representaciones que construimos en torno al mismo, que nos hacen, en dependencia del contexto, dotar a uno u otro de beneficios o perjuicios.Muchos y muchas estaremos de acuerdo en el hecho de que vivimos en un sistema puramente patriarcal en el que no se puede hablar de relativismo cultural, puesto que todas las sociedades y culturas se basan en la superioridad masculina en detrimento de lo femenino, se pudiera decir que lo femenino está en desventaja. En ese sentido es necesario hacer énfasis en que se habla de lo masculino y lo femenino, no del hombre y la mujer; ambos pueden encarnar tanto lo masculino como lo femenino. ¿Pero qué es lo masculino y qué es lo femenino?Ambas categorías son construcciones sociales binarias que históricamente se han asociado al sexo biológico de cada uno de nosotros y nosotras. O sea, lo esperado para cada persona con uno u otro genital visible. De ahí que se pueda hablar de sexismo o de estereotipia de género cuando los esquemas mentales en torno a cada uno resultan arcaicos e inflexibles, y no dan lugar a la individualidad de las personas ya que, en la actualidad -y de hecho, siempre, solo que antes no se analizaban estas cuestiones- no existe una única forma de ser hombre o mujer, sino disímiles experiencias de construirse en uno u otro género. Además, al ser categorías sociales, varían en dependencia de las variaciones culturales de cada sociedad, puesto que ser hombre o mujer en Brasil, no será igual a ser hombre o mujer en Escocia.A pesar de ello, la visión blanca, cis, hetero, patriarcal y normativa vigente aún en nuestros tiempos marca una pauta en el que, al asociarse lo femenino a la mujer, esta queda en desventaja, ya que lo femenino ocupa el lado débil; aquello que se puede someter, mientras que del lado masculino asociado desde el sentido común con el hombre, queda lo fuerte y dominante. Pero esto no es casual ni consecuencia de la supuesta debilidad biológica de la mujer (la única debilidad biológica de la mujer es su perí

Un quizás como boleto de viaje a tu boca, mientras la bruma del camino parecía esclarecer. El horizonte nunca fue tan ilusorio, como cuando tu decir se volvió desconocido, confuso, nostálgico. Puentes que solían unir caminos, ahora barrancos, de nuevo de frente al agujero que me colma, con lágrimas rotas que rasgan mi garganta. Jamás tanta luz en tu mirada me había cegado, ni tu pelo rizo arrastrado hasta el fondo de mis miedos, justo donde yacen barcos otrora esperanzas. Pues no seré más el viajero, ese que miraba a la bahía, y que viaja... que viaja en trenes que no van a ninguna parte.English versionA maybe as a ticket to your mouth, as the mist on the road seemed to clear. The horizon was never so illusory, as when your saying became unknown, confused, nostalgic. Bridges that used to link roads, now ravines, again facing the hole that fills me, with broken tears tearing my throat. Never had so much light in your gaze blinded me, nor your curly hair dragged down to the depths of my fears, just where ships once lay in hope. For I will no longer be the traveler, the one who looked out over the bay, and who travels... who travels in trains that go nowhere.Créditos | CreditsImagen utilizada | Image used:La

¿Quién, sin darse cuenta, no ha dejado de hacer alguna tarea que tenía pendiente o algún encargo hasta que se da cuenta de que ha dejado pasar todo el día? Aunque pudiese parecer que ello es consecuencia de la vagancia o pereza, la Es común que, por ejemplo, un día tenemos que sentarnos a teclear en el ordenador algún trabajo o algún informe que entregar, pero antes de hacerlo nos entretenemos en redes sociales, o nos preparamos algo de comer, o guardamos la ropa que habíamos lavado el día anterior, o salimos a comprar pan. El hecho es que cuando nos damos cuenta, hemos dejado pasar todo el día sin hacer aquello que nos propusimos hacer, mientras realizábamos otras tareas que pudiesen fácilmente haberse reubicado sin que nos perjudicara.¿Pero por qué nos ocurre esto?. Más aún, ¿por qué Igualmente sería válida la pregunta: si son tareas desagradables, ¿por qué nos comprometemos a hacerlas? Pues la vida es mucho mas rica que eso, y está llena de tareas que responden a esferas como el trabajo, la escuela o las relaciones sociales. día a día nos vemos involucrados con

Cuando nacemos, inicia el complejo proceso de socialización que, contrario a lo que muchas personas tienen concebido, no es simplemente relacionarse con otras personas, sino hacer interno lo externo mediante la actividad y la comunicación, a medida que vamos aprehendiendo lo culturalmente heredado. Esto no es mera especulación, sino que se trata de uno de los principios de la escuela del Enfoque Histórico Cultural; escuela soviética de psicología que nos enseña, también, que es la enseñanza la que guía y conduce al desarrollo y no al revés. En ese sentido, podemos hablar de la interiorización (otro principio) de normas y valores culturales como parte del proceso de adueñarnos de la cultura en la que nacemos. Así, durante las primeras edades, sobre todo las escolares, gracias a la importancia que se le confiere a las personas adultas significativas y la actividad de estudio cuyo principal objetivo es que los niños y las niñas se apropien de un sistema de conocimientos, habilidades y cualidades psicológico-morales, estos se van preparando para la vida en sociedad. Pero ello no queda solo ahí, sino que además, se puede observar su correlato en la actividad del juego de roles tan importante para los infantes, porque es ahí donde se manifiesta todas estar normas sociales adquiridas. Es en estas edades cuando las normas son consideradas inmutables o inviolables, pero es algo que a medida que va avanzando el desarrollo se va haciendo más flexible, y sin embargo, esas mismas normas pasarán de lo externo a lo interno, como proceso autorregulado, en la etapa de la juventud.Esto permanece así hasta alrededor de los 9 o 10 años de edad, a partir de donde empieza a tener más relevancia el grupo de iguales o coetáneos, lo cual es bien conocido que ocurre en la etapa de la adolescencia. Por tanto, las normas empiezan a tener un matiz más grupal, con el objetivo de encajar en el grupo. A donde quiero llegar con todo este recuento del desarrollo, es que las normas sociales tienen primeramente un carácter externo en el desarrollo humano, para pasar luego a ser asumidas con más o menos crítica atendiendo a la etapa del