La dada Tierra Madre
Madre Tierra, en mis manos tu verdor
se reescribe así en tiempo de rimas.
¡Mira, de las llanuras a tus cimas,
no hay paraje donde quepa tu amor!
Como el hombre no siente tu dolor,
¡ay!, mas cada que puede te lastima,
viene en canto el poeta que te estima,
arando letras en arte mayor.
Quien como pez nada calmo en tu mar,
siente la vida tal cual un coral,
dibujada en mil tonos color paz.
Entre amplias nubes llegar a volar,
debe ser como estar libre del mal,
y es lo que sentiré de ahora en más.
Aprovechando que hoy, segundo domingo de mayo, es día de las madres, decidí escribir algunos versos a quien quizás es la madre de todos los seres humanos: la Tierra. Es imposible albergar su amor en varias líneas, pero vaya este soneto como mimo a ciertas de sus tantas dichas.
¡Gracias por leer!
