El reciente atentado contra el general Igor Kirillov, un alto mando de las fuerzas armadas rusas, ha desatado una serie de interrogantes sobre las tácticas de Ucrania en el conflicto en curso. El uso de un explosivo colocado en un scooter a las puertas de su residencia en Moscú no solo marca un hito en la escalada de la violencia, sino que también refleja una estrategia más amplia de "eliminación selectiva" de figuras clave en la jerarquía militar rusa. En este contexto, es crucial analizar las motivaciones detrás de estos ataques y sus implicaciones para la dinámica del conflicto, así como el posible impacto en las relaciones internacionales y la seguridad en la región.