Hello, ladies.
I'm back participating again in week #229.
I consider myself a homebody. I prefer to be at home. They say everything begins and ends at home. And that's my answer to week #229.
At home, the day begins with a cup of coffee and a good morning kiss. At home, I end the day by going to rest next to my husband.
It's also the home where I study, prepare for my doctorate, and teach guitar classes to my students at the El Cucalambé Professional Art School.
It's true that I also go to school and teach them. But they're on scholarship, so every week I tell them the classes will be at my house, and I also invite them to have a home-cooked lunch with my family.
But the best of all, and what I like the most, is that feeling of peace, tranquility, and happiness I feel when I'm in my room, whether studying or resting, and knowing my children are there.
It's something ineffable, but just hearing them laugh, hearing their games and their laughter, that alone is enough to make me the happiest woman in the universe.
I don't need anything else to be happy.
Versión en español*
Hola, chicas.
Nuevamente regreso a participar en esta semana #229.
Yo me considero una mujer de la casa. Prefiero estar en mi casa. Se dice que todo comienza y termina en el hogar. Y esa es mi respuesta a la semana #229.
En la casa comienza el día con un café y el beso de buenos días. En la casa termina la jornada yéndome a descansar, al lado de mi esposo.
También es la casa donde estudio, me preparo para el doctorado y les imparto las clases a mis alumnos de guitarra de la Escuela Profesional de Arte “El Cucalambé”.
Cierto que también voy a la escuela y también le imparto las clases allá. Pero ellos son becados y por eso, todas las semanas les indico que las clases serán en mi casa y de paso los invito a almorzar comida casera, junto a mi familia.
Pero lo mejor de todo y lo que más me gusta es ese sentimiento de paz, de tranquilidad y felicidad que siento al estar en el cuarto, ya sea estudiando o descansando y saber que mis niños están ahí.
Es algo inefable, pero solo hecho de sentirlos reír, escuchar sus juegos y sus risas, solo con eso me basta para convertirme en la mujer más feliz del universo.
No me hace falta más nada para ser feliz.